¡Alerta padres, aún están a tiempo!

Me impresiona, cada vez más, la cantidad de padres que llevan a sus niños en edades comprendidas entre 3 a 10 años a mi consulta, ante las constantes rabietas, la poca disposición para socializar y para concentrarse al realizar determinadas tareas, o por la falta de sueño, siendo la causa el uso temprano o excesivo de la tecnología.

Y todo comienza cuando:

• Colocamos en las pequeñas manos de nuestro hijo a su corta edad (2,3,4... años) un móvil u otro equipo para que se mantenga tranquilo.
• Dejamos que nuestro hijo se sumergiera sólo en el "impresionante" mundo de internet, sin nuestro acompañamiento y guía; aun cuando no tenía la madurez para canalizar ni contener sus emociones y menos para seleccionar el contenido adecuado.
• No establecimos límites de interacción electrónica.
• Respondemos a sus peticiones; ante el deseo de quedarse en casa viendo vídeos o conectado en las redes, mientras la familia comparte otro tipo de actividades de interacción social.

AHORA, ¿QUÉ PODEMOS HACER?

• Si tu hijo tiene menos de 6 años y su foco de distracción son los equipos electrónicos, incorpora progresivamente juegos atrayentes que le permitan interactuar con las personas más significativas para él, vosotros los padres. Te sugiero los de competición, preferiblemente los que se realizan al aire libre.

La motivación y la persistencia serán tus mejores aliados.

RECUERDA que, durante este proceso de cambio tu hijo esperará el menor descuido para lograr su propósito (coger el móvil), procura reducir el tiempo de uso de tu móvil, pues él aprenderá de tu ejemplo y terminará imitando tu modelaje.

• Establece una rutina diaria. Es súper importante adecuar el tiempo de interacción electrónica a su edad y a la hora pautada para dormir, en lo posible ubicarla por lo menos 2 horas antes de irse a la cama.

Enseñémosles a nuestros hijos que existen infinitas formas de vivir la vida y de compartir con las personas de nuestro entorno, esto supone un cambio en nuestra rutina familiar y en consecuencia una revisión de lo que hemos venido ofreciéndoles como opciones de distracción y recreación.

¡Vamos papás aún estamos a tiempo de garantizarles un equilibrio emocional y social a lo más preciado que poseemos, nuestros hijos!